Plan Especial de Ordenación del Valle de Incles

Andorra
2003

Un programa para el Valle de Incles se sustenta sobre el conocimiento social y notorio de las cualidades geológicas, ambientales, paisajísticas y culturales del Valle de Incles, en el contexto del país andorrano y del conjunto del territorio de los Pirineos, que permite resaltar su rol como gran unidad paisajística natural de montaña.

A tres años de la firma de la Convención Europea sobre el paisaje, y treinta años después de la Declaración de la UNESCO sobre el patrimonio de la Humanidad, donde en los países europeos y a nivel internacional, se determinó la acción decidida para preservar los territorios sustanciales del patrimonio paisajístico, es necesario considerar este territorio como sujeto central dentro de los Valles de Andorra del patrimonio paisajístico nacional.

La geografía y accesibilidad del valle, situado en estribaciones altas del macizo pirenaico, dificultan una afluencia masiva de visitantes a la misma, valorando por el contrario su condición de territorio de máxima calidad y fragilidad hacia los procesos de alta densidad de utilización antrópica. Un ecosistema rico en biodiversidad, vegetación alpina, dual en relación a las pendientes topográficas y el fondo del valle, que persiste en la medida que los usos del suelo responden al equilibrio de funciones básicamente naturalísticas o de producción agroramadera, ambientalistas, y de servicios de ocio y bienestar.

En el marco del interés contemporáneo para desarrollar los principios de sostenibilidad, la ordenación del territorio del valle, se basa en un concepto de protección, que no quiere decir que no se pueda hacer nada, sino que propone un equilibrio entre el lugar natural y un nodo de actividades de servicios, de manera que desarrollen funciones propias de la naturaleza del lugar y se destine cada sector del territorio a su mejor destino en relación a su vocación ambiental.

Además, la visión de las cualidades del paisaje se ha visto aumentada en los últimos años por una corriente cultural, cada vez más importante que quiere poner en valor activo desde el punto de vista económico, los paisajes culturales, aquellos territorios que además de su calidad natural incorporan las aportaciones de un conjunto generacional de habitantes que han acabado configurando un paisaje peculiar, cargado de atributos culturales. El Valle de Incles, no es un paisaje cultural, que no se puede desatar de cómo ha sido utilizado y de cómo se presenta con un conjunto de elementos paisajísticos de valor añadido, las roturas parcelarias, las vallas y márgenes de piedra, las construcciones concentradas y de volúmenes compactos.

En consecuencia, la ordenación del Valle de Incles tiene una figura urbanística procedente y definitiva, el Plan Especial de protección del paisaje, y un Plan rector de uso del Parque Territorial del Valle de Incles.

Estos documentos especifican tres áreas: El gran paisaje natural, El espacio privado de los cortals, El nodo de servicios en la entrada del valle donde se concentran los aprovechamientos urbanísticos destinados a nodo de servicios de montaña, para el ocio, el bienestar y el turismo. Estos tres grandes espacios del Parque Territorial (el primero público, y los otros dos de propiedad privada) aseguran la coparticipación de la administración pública conjuntamente con los intereses de los particulares para potenciar su contribución cívica a un proyecto de país y de territorio de la humanidad.

 

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